Las causas de que un niño o niña no quiera comer, se pueden clasificar en dos grupos, tales como causas físicas o causas psicológicas (mal rendimiento académico, por ejemplo, es una causa de preocupación en algunos niños o niñas y se tiende a observar en la ingesta alimentaria). Si esto es temporal, hay que dejar que la situación se normalice por sí sola, pero siempre observando y supervisando este comportamiento. Pero si se establece en el tiempo, sea continuo o interrumpido, ya podríamos estar frente a un diagnóstico clínico que necesita ser evaluado para su pronto tratamiento.
¿Cuándo me debo preocupar y solicitar asesoría?
1. Cuando de forma repentina y reiterada el niño no quiere comer, ninguna de sus comidas (desayuno, almuerzo o cena) o no desea llevar colación al colegio o la trae de vuelta a casa
2. Cuando deja de comer algún alimento o preparación que antes era de su agrado
3. Cuando los tiempos de comida se transforman en discusión, entre padre o cuidador e hijo
4. Cuando el niño o niña, no come con la familia (prefiere comer solo o sola en su pieza, por ejemplo, o cuando se llama a comer, reemplaza por otra actividad como jugar o salir con amigos).
Algunas recomendaciones generales para incentivar a que el niño coma son:
1. Comer en un ambiente agradable, pues hay que evitar que la comida esté condicionada al castigo, si no termina su plato
2. Sirve a tu hijo la cantidad de comida que necesita en función de su edad. Servir la porción de un adulto, hará que efectivamente no desee comer todo lo que hay en su plato, pues a diferencia del adulto, los niños comen menos
3. Deja que él o ella decida y coma la cantidad de comida que necesita para satisfacer su hambre y desarrollar de forma sana sus gustos, siempre supervisando, pero no obligando
4. Siempre que puedas, permítele que coma en familia para que se apropie de los hábitos alimenticios de los adultos, asimilando la conducta y los modelos de la familia.